jueves, 1 de mayo de 2014

Da Gracias

Día 4 - Da Gracias


Nuestras pequeñas vacaciones fueron aquí mismo en San Diego. A penas a un brinquito de nuestra casa. La idea era descansar y cambiar de escenario. 
  
Uno de los días nos fuimos manejando hasta la frontera con el Condado de Orange en la parte norte de Carlsbad, fuimos a visitar los sembradíos de flores que rebosaban de color como un tapete maravilloso que cubría todo el horizonte, caminamos por el pueblito antiguo viendo las casas victorianas pintadas de lindos colores y luciendo sus hermosas verandas blancas. Manejamos hasta la orilla del mar y tomamos la carretera 101 de regreso al hotel en Del Mar. Las vistas del Pacífico fueron espectaculares, las olas se alzaban hasta cubrir a los surfeadores que disfrutaban del clima cálido en la playa. 


Nos detuvimos a comer en un Pollo Loco - un restaurante de comida rápida que sirve pollo rostizado, arroz y frijoles con tortillas de maíz y harina. Todo el camino y en cada parada no hacíamos más que escuchar a Tita hablar maravillas de cada cosa que veía y experimentaba. Quisiera que la hubieran escuchado hablar del pollo - "Que banquete nos estamos dando," "Es un verdadero manjar," "Mira nada más, todo lo que nos sirvieron, está riquísimo," "Comida de reyes."

Si así habló de la comida rápida, imagínense todo lo que fue diciendo durante el camino de regreso, mientras manejábamos por la orilla del Océano Pacífico. 

Cuando le arropaba las cobijas para ya despedirme por la noche, me dijo "Hija, ni con que agradecerte por este paseo tan increíble que me has dado hoy,no tengo con que pagarte y darte las gracias." 

Me impactaron profundamente sus palabras,  primero porque debo confesar que cuando la saco a pasear nunca me deja pagar absolutamente nada, ella paga todo, y segundo porque no la había llevado a pasear a Europa en un extenso y caro viaje. Habíamos paseado por nuestro propio jardín, comido de nuestra comida sencilla y viajado encerrados en nuestro carro. 


Tita estaba más que agradecida por este sencillo paseo, había disfrutado al máximo cada momento y a cada experiencia le había sacado todo el jugo posible. 

Se durmió diciendo gracias, gracias, y más gracias, y yo, contagiada, me acosté dándole gracias a Dios por el privilegio que me da de pasar tiempo con mi abuelita, por los días de descanso, por disfrutar a mi esposo y a mi hijo, por las flores, por las vistas, por las olas y por la brisa del mar. 

Amiga, que importante es para el corazón ser agradecido. Dar gracias por todo y en todo porque cuando el corazón es agradecido, no le queda tiempo de ver todo lo que todavía hace falta, se enfoca en las bendiciones que ya están aquí y puede disfrutarlas por más pequeñas que sean.

Ahorita, siéntate un ratito y enumera todas las cosas por las cuales puedes estar agradecido hoy. No te vayas a lo grande, enfócate en las cosas pequeñas, aprende a verlas y a apreciarlas. Comienza a dar gracias todos los días por que Jesús te amo, te rescató, te ha sentado en lugares celestiales con El y estas segura, y después voltea a ver todas las bendiciones que te ha añadido.

 Te aseguro que te irás a la cama igual de feliz que yo en ese hermoso día. 




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