sábado, 5 de septiembre de 2015

El Poder de la Palabra 2

La Palabra Tiene poder para Transformar


En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, 

y El Verbo era Dios. Juan 1:1 

     Jesús ES la Palabra!  El poder transformador mana de que es Él el que transforma a través de lo que YA hizo y dijo! Nosotros siendo hechos a su imagen, no podemos hacer ni decir nada que el no ha dicho y hecho ya!

2 de Timoteo 3 dice:

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra

     En dónde encontramos las palabras que Dios ha DICHO? En la palabra escrita… Fuera de ella no hay más. Todo palabra que nosotros profetizamos (declaramos en voz audible) debe alinearse la que ya ha sido escrita por decreto de Dios.




Vamos a analizar estas palabras con cuidado –

  • Enseñar: del griego didaskalia – Dar instrucciones, decir cómo se hace algo
  • Redargüir – del griego elejchos – Convicción, comprobación
  • Corregir – del griego epanrothosis – Restaurar a la posición intencionada,                     levantar a   una posición erguida o derecha.
  • Instruir – del griego paideira – crianza, formación, enseñar el cuidado de…
  • En justicia – del griego dikaiosynē – el estado de ser como se debe ser.


     Esto quiere decir que la palabra nos da las instrucciones de cómo tenemos que hacer las cosas, nos forma como a hijos que somos, nos da convicción y confianza y nos transforma al restaurarnos a la posición firme y derecha que es el lugar que Jesús mismo nos dio.


1 de Pedro 1:23 dice:
Hemos sido renacidos de una simiente incorruptible (del griego aphthartos: que no se puede dañar o echar a perder, inmortal) por el poder de la palabra porque la Palabra está viva. 


     Nos dice que cuando la Palabra se proclama, ejecuta una acción. Por qué decimos que está viva? Porque es la palabra que Él ya ha declarado, Jesús la ha inyectado de SU vida. 


Juan 17:25-26 dice:

Padre justo, aunque el mundo no te conoce, yo sí te conozco, y éstos reconocen que tú me enviaste. Yo les he dado a conocer quién eres, y seguiré haciéndolo, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo mismo esté en ellos.


     Aquí Jesús le está diciendo al padre – Yo, a través de mi vida y mis palabras, les he dado a conocer a los hombres tú carácter, de tal manera que yo mismo ahora puedo morar en ellos.

     Estas palabras son transformadoras, nos aseguran que a través de Jesús hemos sido aptos para “portarlo,” para llevarlo dentro, para transformar nuestro carácter a SU carácter, como era su intención desde el principio.



1 de Pedro 1:23 dice: 
Pues habéis renacido, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.


     Cuando hablas de simiente, hablas de ADN, de genética. Jesús nos hace aptos para recibir su genética, su semilla.

     Cuando hablamos de que Jesús mora en nosotros a través del Espíritu Santo reconocemos que el fruto del espíritu está en nosotros – Estamos hablando precisamente de eso… para que haya fruto, tuvo que haber una semilla. La Semilla es Jesús que vive en nosotros y produce el fruto de ÉL.

Y Él entonces me transforma de lo corruptible a lo incorruptible. 


Ya no puedo decir, “No soy paciente” 
Soy paciente porque Jesús es paciente y el fruto está en mi.

Tengo que aprender a declararlo de esa manera!


Ya no puedo decir, “No tengo dominio propio”- Esto es una mentira, si lo tengo, porque el fruto del dominio propio se ha injertado en mi. 

Entonces debo declarar… “No voy a comerme la dona, porque tengo el dominio propio de Jesús que vive en mi:

El tiene el dominio propio que yo necesito para no comerme la dona!


Aquí lo importante es que aprendamos a declarar la verdad para que al escucharla se grabe en nuestros pensamientos que entonces transforman nuestra conducta. .

Recordemos que la palabra se tiene que declarar en voz audible.



Veamos el ejemplo en Ezequiel 37.

  • Dios lleva a Ezequiel al valle de los huesos secos, y le pregunta si cree que los huesos pueden vivir. Ezequiel le contesta: "TU lo sabes"… O sea, si tu lo dices yo lo creo.

  • La segunda instrucción que recibe de Dios es – Profetiza – O sea, háblales a los huesos MI palabra. Entonces Ezequiel dice (ATENCIÓN: Está la palabra clave)

                            Huesos secos, oíd palabra de Jehová:

 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Profeticé (declaré en voz audible), pues, como me fue mandado.

Jehová DIJO, Ezequiel DIJO…


Y esos huesos se levantaron y se transformaron en VIDA.

 Yo hablé en nombre del Señor, como él me lo ordenó, y el aliento de vida vino y entró en ellos, y ellos revivieron y se pusieron de pie. Eran tantos que formaban un ejército inmenso.



La transformación es un proceso comprobado, con resultados confiables – porque ya ha sido sellada y terminada, podemos entrar en ella declarando en alta voz lo que ya es!

Apocalipsis 21 nos dice que Jesús mismo ha declarado:
 
¡Yo hago nuevas todas las cosas! Y añadió: Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza
También me dijo: «Ya todo está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida.  El que salga vencedor heredará todo esto, y yo seré su Dios 
y él será mi hijo.

Te invito a creer lo que Jesús ya ha hecho por ti, para que permitas que esas palabras transformen tu vida de gloria en gloria y de victoria en victoria. Amen. 


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