sábado, 31 de enero de 2015

¿Habrá Esperanza?

¿Será que hay esperanza para un joven que desde niño creció sabiendo que su destino en la vida era ser padrote? ¿Que su "normal" era aprender a seducir a las niñas para engancharlas y usarlas para ganarse la vida? ¿Esperanza para un joven que en efecto logró sus metas y en nuestra Tijuana estableció su "negocio" de trata vendiendo múltiples veces a sus víctimas en las calles de la Zona Norte?

Pudiéramos pensar que no, es más, pudiéramos desear que no. Aún pudiéramos pedir a Dios justicia de ojo por ojo para este joven que desde niño recibió el mensaje de que las mujeres eran mercancía y no merecían ser valoradas como creación especial de Dios.

Pero la justicia de Jesús no es así. El vino para llevar la injusticia sobre sus hombros y ofreció a cambio paz y esperanza para aquel que la quiera recibir. Aun aquel joven manchado por las lagrimas de sus víctimas.

Tuve el privilegio de conocer al joven que hoy se encuentra en una de las cárceles de la zona urbana de México. El día que le vi por primera vez entré con emociones encontradas: enojada, frustrada, acusadora y triste. Pero estuvo dispuesto a contarme su historia. Escuché con detenimiento sus palabras y mientras contaba sobre sus tácticas seductoras y peligrosas, podía ver el dolor en sus ojos, podía percibir el arrepentimiento en el sonar de su voz. Y al final, lo que más me impactó fue escucharle  dar las gracias a Dios porque se encontraba sirviendo su sentencia. "Si no fuera porque estoy aquí, nunca hubiera conocido a Rosi Orozco, quien a pesar de ser una ardiente defensora de las
víctimas de trata, se tomó el tiempo de venir a contarme que para mi también había esperanza. Aquí
encontré a Dios," y yo soy testiga de que su vida ha cambiado. Ahora sueña con salir para servir a la
comunidad que había dañado. Lo escuché hoy decir que quiere enseñarle a las niñas cómo defenderse y prevenirse de hombres como el.

Este joven está detenido porque hubo quienes en nuestro país lucharon arduamente pаra que pasara la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en materia de Trata de Personas. Aunque esta ley se asegura de cuidar de las víctimas y darles una voz, curiosamente y por obra de Dios, también ha servido para restaurar la vida de los victimarios. Hay quienes el día de hoy se oponen a la ley y buscan hacerle cambios que pondrían en peligro estos avances. Esto es algo que no debemos permitir. Todos tenemos una voz.

Hoy, en el auditorio de la prisión se sentaron más de 300 presos, algunos acompañados de sus parejas e hijos, a presenciar la obra musical Estrellitas y Manchitas, presentada por un grupo de niños que con entusiasmo, sencillez y fe dieron un mensaje de esperanza a estos hombres rudos y enojados con la vida. Sus tiernas voces y bailables les comunicaron que son especiales y que en Jesús hay esperanza para ellos. Cientos de los prisioneros repitieron la oración para entregar su corazón a Jesús, el único que da esperanza y paz en donde pareciera no existir.

Amigas, si un grupo de niños puede levantar su voz para dar este mensaje, con más razón tu y yo. Podrías preguntarte que qué puedes hacer, y aquí te doy unas ideas.

1. Ora sin cesar por las víctimas que sufren cada día. Por las familias con hijas e hijos desaparecidos y también por aquellos que los victimizan.

2. Ora por aquellos que Dios ha levantado en nuestro país y alderredor del mundo para luchar en
contra de la trata en los lugares más altos. Necesitan protección divina. 

3. Instrúyete. Lee artículos, noticias y blogs relacionados al tema. Usa tus redes sociales para difundir sobre lo que has aprendido. 

4. Si conoces alguna ONG o tu diriges o trabajas en una, anímate a mandar una carta de apoyo a Comisión Unidos Vs. Trata de Personas expresando tu oposición a los cambios negativos a la ley.

5. Abre los ojos, está alerta y denuncia al 018005533000 cuando te enteres de algún caso de trata.

6.  Invierte tus recursos apoyando a las fundaciones que luchan contra la trata.

Hoy puedo responder con seguridad que SI hay esperanza para ese joven. Que Jesús no hace excepción de personas y que la salvación la ofrece a todos. Estrellitas o manchitas, todos necesitamos a Jesús y cuando ya ha hecho su morada en nosotros, no podemos mas que compartir ese mensaje de paz y esperanza a otros. Únete. Unidos hacemos la diferencia.