domingo, 28 de junio de 2015

La Tormenta

          Quiero compartirte lo que Dios me ha estado enseñando estos últimos meses. 
Si me conoces en persona sabes que soy una persona muy activa, con mil cosas en la agenda y muchos proyectos que completar. Me gusta estar en control, saber a qué horas y en dónde, tener todo bien planeado y tener la meta bien al alcance de mi vista. 

          Bueno pues, en estos últimos meses ese escenario es lo más lejano a lo que estoy viviendo. Llegó el caos a mi vida. Le llamo tormenta. La tormenta es todo aquello que está completamente fuera de tu control. Aquello en donde dices "No hay absolutamente nada que pueda hacer para solucionar este asunto." 

Te has sentido así? 

Hay dos incidentes en la Biblia cuando Jesús y sus discípulos se enfrentan a una tormenta. 

Marcos 4 


Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: —Pasemos al otro lado.
Una vez despedida la multitud, se lo llevaron tal como estaba en la barca. También había otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento que echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal. Lo despertaron y le dijeron:
—¡Maestro!, ¿no tienes cuidado que perecemos?
Él, levantándose, reprendió al viento y dijo al mar: —¡Calla, enmudece!
Entonces cesó el viento y sobrevino una gran calma. Y les dijo:
—¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?
Entonces sintieron un gran temor, y se decían el uno al otro:
—¿Quién es éste, que aun el viento y el mar lo obedecen?  

Mateo 14


     En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud.Y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario.
En la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el lago. Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el agua, quedaron aterrados. —¡Es un fantasma! —gritaron de miedo. Pero Jesús les dijo en seguida: —¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo. —Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre el agua. —Ven —dijo Jesús.
Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: —¡Señor, sálvame!
En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: —¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
Cuando subieron a la barca, se calmó el viento. Y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: —Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios.
          

Muchas veces nos preguntamos si el pasar por tormentas querrá decir que no estamos en la voluntad de Dios. En estas dos ocasiones Jesús mismo fue el que les pidió a sus discípulos que se subieran a la barca sabiendo muy bien que venía la tormenta. A veces la tormenta es una clara indicación de que estás en el puro centro de la voluntad de Dios. 

          Pero qué era lo que Jesús tenía en mente enseñarles? Una historia dice que Jesús estaba dormido y que había que mantener la calma y aprender a estar en descanso durante la tormenta, otra dice que hay que bajarse y caminar sobre el agua. Entonces qué? Dormir o caminar? 
Las dos!

La clave es... quédate en donde está Jesús. Cerca de Él es donde debes estar. 



Fíjate en algunas cosas...
          
          Jesús no dependía de la fe de sus discípulos para traer la calma a la tormenta. En las dos instancias la fe les falló, pero Jesús hizo lo que tenía que hacer. Muchas veces tu fe va a flaquear, cuando los vientos se ponen fuertes y te sientes zarandear, tus emociones se activan y sientes desmayar, pero Jesús de todas maneras hace lo que tiene que hacer. Calmar la tormenta con autoridad y estirarte la mano para no dejarte hundir. No tenemos que tener el control, sólo tenemos que ir hacia el que siempre tiene el control. 
         
          Otra cosa que me encanta es leer el reclamo de los discípulos: "Jesús, que no te importa que nos estamos hundiendo?" Y la respuesta de Jesús - Absoluto silencio hacia los discípulos - Pero absoluta autoridad hacia la tormenta —¡Calla, enmudece!
          Jesús no les mostró cuanto se preocupaba por ellos, pudo haber comenzado dándoles palabras de aliento - "A ver, cálmense, tranquilos, claro que me importa, respiren profundo y manténganse calmaditos"  NO! Jesús les demostró que ÉL estaba en CONTROL! 

          Amiga, si tu y yo vamos a ir a algún lado, siempre debe ser hacia el que está en Control: Jesús. 
          
          En todo momento estamos pasando por una de tres situaciones: Entrando a la tormenta, en la tormenta o saliendo de la tormenta, y la realidad es que la calma, muy rápidamente se puede convertir en caos. Es durante la calma que a veces tenemos la tendencia de tomar el control de nuestras vidas; de independizarnos y caminar confiados en nuestras propias fuerzas. Es sólo cuando aprendemos a depender de Jesús totalmente durante la calma, que entonces lo encontramos durante la tormenta y podemos caminar confiados y seguros en Él, aunque los vientos estén fuertes y desafiantes. 
          
          Aprende a oír su voz, a seguir sus instrucciones, a caminar sobre sus pisadas y a descansar sabiendo que el está en control. 




domingo, 21 de junio de 2015

Así es mi papá

Ayer me llegó un mensaje que tocó profundamente mi corazón y se los quiero compartir:


Querida hermana: Durante muchos años de mi vida, el día del Padre me producía sentimientos encontrados, a mis 4 años fui abusada sexualmente por un hombre que decía ser mi padre, con engaños me arrebato la inocencia y llenó mi vida de dolor y lágrimas, decía que todos los papás le hacían lo mismo a sus hijas, pero que no debía contarle a nadie o me llamarían mentirosa.....Han pasado muchos años, y aunque la vida fue muy dura para mi, un día Dios condujo mis pasos a "puerto seguro", fue así como llegué a San Pablo, me recibió un Señor muy cariñoso, y amable, mi desconfianza hacia los hombres en general me llevaba a actuar con mucha reserva, pero él, con mucha ternura me fue mostrando cómo es un padre amoroso, y mejor aún, me enseñó a amar a mi Padre Celestial!! Veo la hermosa familia que Dios le ha dado, y me siento privilegiada al tener en él no solamente a mi Pastor, es mi guía, mi maestro y el papá que hubiera querido tener. Eres una mujer muy amada y bendecida, y sin lugar a dudas, tienes el mejor papá del mundo. Podrías darle un abrazo de mi parte? ... Gracias por compartir el amor de tu papá con toda la congregación!!


Inmediatamente al leerlo, me sentí orgullosa de mi papá, pero en ese

mismo instante me sentí avergonzada. Debo confesar que una de

las cosas más difíciles que he tenido que hacer en mi vida ha sido 

compartir a mi papá con gente que muchas veces consideré 

malagradecida, desleal, y problemática. Renegaba del tiempo que 


les invertía sintiendo que era tiempo que me robaba a mi. Con

sentimientos encontrados recibí la noticia de que Dios le había 

llamado a servirle de tiempo completo, por allá cuando tenía como 

17 años - sabía que era la voluntad de Dios, pero también sabía que lo iba a tener que

compartir cada vez más y eso no me gustaba para nada.

Hoy, puedo ver hacia atrás y reconocer los
f
rutos de su amor por

Jesús; ese amor se convirtió en amor por su 

pueblo. Su interés porque la gente que hacía de San Pablo su casa 

estuviera bien arraigada en la verdad, que aprendieran a hacer cosas

que nunca se habían atrevido a hacer, que ejercitaran el compartir su 

fe con inteligencia, pero sobre todo, a que se sintieran en casa, amados 

por un padre, se convirtió en su misión.

Soy testigo fiel de que ese es su mejor don. Detenerse a saludar y


escuchar atentamente si tienes algo que contar, dar palabra de 
consuelo o sabiduría para 

apoyarte a sobrellevar la tormenta, enseñar con paciencia una y otra vez la misma lección y 

darte un abrazo cuando más lo necesitas. Lo viví de primera mano, por que a pesar de que lo

compartía con muchos, siempre, siempre, siempre tuvo tiempo para mi. Eso es lo más 

significativo, a cada persona la hace sentir como que tiene todo el tiempo para ellos.

Así es mi padre terrenal, y de él he aprendido cómo es mi 


Padre Celestial. Aunque es el Rey de Reyes y Señor de 


Señores, tiene tiempo nada mas para mí. Me ve a mi y sabe 


exactamente que es lo que necesito. Nunca se cansa de 


escuchar mis secretos y contestarme con paciencia. 

Si tu no tuviste esta experiencia en tu hogar, recuerda que el 


mejor padre de todos está buscando pasar tiempo contigo, 


abrazarte, cargarte y consolarte, reírse contigo y también 


llorar. Te ama y te lo quiere repetir y repetir hasta que lo entiendas en lo más profundo de 


tu ser. 



Este Día del Padre, honro a mi papá por siempre buscar ser cada día más como Jesús. Cómo 


El hizo, mi padre también hace. La Palabra de Dios para mi papi hoy se encuentra en 


Isaías 32:

He aquí que para justicia reinará un rey y príncipes presidirán en juicio. 
Y será aquel varón como escondedero contra el viento y como refugio contra la tormenta;
como arroyos de aguas en tierra de sequedad,
como sombra de gran peñasco en tierra calurosa. 
No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven,
y los oídos de los oyentes escucharán con atención. 
El corazón de los necios entenderá para comprender
y la lengua de los tartamudos hablará con fluidez y claridad. 
El noble piensa con nobleza, y por su nobleza será enaltecido. 


Aunque ha habido momentos muy dolorosos, él le ha creído a Dios, y por eso así ha sido mi padre: Bajo su brazos encontramos escondite seguro, refugio en la tormenta, sombra durante el calor, su voz nos alerta a poner atención, y sus enseñanzas a comprender con claridad. Siempre ha sido noble, y al final su nobleza será enaltecida. 



Gracias Paty por recordarme que nunca ha sido en vano, que dar de lo que de gracia hemos recibido siempre da mucho fruto, a veces en lugares que ni nos imaginamos. Ha sido un privilegio compartir a mi papi contigo.