Hoy es jueves santo. Desde niña lo celebro asistiendo a la iglesia a un servicio especial en donde tomamos la comunión para recordar la última cena que Jesús tomó con sus discípulos antes de ser entregado. Tristemente tal vez es una de esas cosas que se ha vuelto rutina, pero hoy de repente me di cuenta de algo que como es costumbre de Dios, habló a mi vida y me gustaría compartirlo con ustedes.
Yo creo que ninguno de nosotros puede imaginarse lo que Jesús estaba sintiendo esa noche. Cierro los ojos y quisiera verlo allí sentado con sus amigos. Sabía lo que le esperaba, no solo la traición de su amigo, el abandono de las personas más cercanas a el, una noche sin dormir, un juicio injusto y corrupto, una sentencia de muerte y la horrible cruz; además llevaría sobre Él el pecado de todos nosotros. Noche agonizante, no creo que ninguna persona, aun los mártires hayan pasado por tal agonía.
Y qué hizo Jesús en medio de su dolor? Qué puedo aprender de el? Qué ejemplo nos da de como sobrellevar las pruebas?
Veo cuatro cosas en los pasajes que describen ese momento:
Se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.Se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:—¿Dónde quieres que hagamos los preparativos para que comas la Pascua?Él les respondió que fueran a la ciudad, a la casa de cierto hombre, y le dijeran: «El Maestro dice: “Mi tiempo está cerca. Voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos.” » Los discípulos hicieron entonces como Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.
Convive. Durante la prueba, manténte unido a aquellos que amas. Comparte con ellos una merienda, recuerdos y experiencias. Aun si no tienen todo lo que tu quisieras o necesitas, reconoce que Dios los ha puesto en tu camino para hacer más ligera tu carga.
Sabía Jesús que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a él volvía; así que se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a sus discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.
Sirve a los demás. Esa noche más que nunca, Jesús fue ejemplo de siervo, lavando los pies de sus discípulos bien seguro de quien era y de la autoridad que tenía. Tu también has salido de Dios, eres su hija, el te ha dado dominio, autoridad y poder, pero en los momentos de tormenta y angustia te conviene aprender del corazón de Jesús. Toma agua y una toalla y pregúntale a Jesús: A quién quieres que sirva?
Mientras comían, Jesús tomó pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciéndoles:—Tomen y coman; esto es mi cuerpo.Después tomó la copa, dio gracias, y se la ofreció diciéndoles:—Beban de ella todos ustedes. Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados. Les digo que no beberé de este fruto de la vid desde ahora en adelante, hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre.
Da gracias. Voltea hacia atrás y recuerda la fidelidad de Dios en tu vida. Cuenta tus bendiciones, está atento a la provisión y favor de Dios sobre ti. Toma tu copa y dale gracias a Dios porque cuando El decidió ir a la cruz por ti, ganó cualquier batalla por la que puedas estar pasando. Tu posición siempre es una de victoria en cualquier circunstancia y eso es algo de lo que puedes estar agradecido.
Después de cantar los salmos, salieron al monte de los Olivos.
Adora. Esta es mi parte favorita del relato. Antes de salir a enfrentar la tarea más difícil que jamás alguien ha enfrentado, cantaron salmos. Tuvieron un tiempo de adoración a Dios. Jesús se puso a cantar! Wow! Que manera de acabar la cena. Me lo puedo imaginar con sus manos alzadas, adorando al padre en compañía de todos aquellos a los que amaba. Que retrato tan hermoso y significativo para ti y para mi. Estás a punto de enfrentar una dificultad? Estás ya en medio de la tormenta? Detente a cantar Salmos y pronto tu enfoque cambiará por completo.
Que hermoso es nuestro Jesús. No te emociona que hoy eres Su hija amada, que está complacido contigo, que te ama, te protege, te cuida, te da refugio, te sana, te consuela, te acompaña, te levanta, te prepara para la batalla y siempre, siempre, siempre está contigo. El es el León que te protege y el cordero que dio su vida por ti.
Hoy, si no vas a una iglesia en donde puedes tomar la comunión con tus hermanos, haz un tiempo para tomarla con tus hijos, con algún amigo o aun tu sola, y mientras lo haces, recuerda que amigo tan hermoso tienes en Jesús.
