domingo, 13 de marzo de 2016

YO SOY 4 - ERES SANTA

ERES SANTA

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso. Gracia a ustedes y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Efesios 1:1-2 

Por lo general tendemos a saltarnos los saludos y las introducciones, pero te recomiendo que no lo hagas con las cartas de Pablo y menos con la de Efesios, en ella encuentras la verdad de que eres santa - no por lo que has hecho, sino por lo que Jesús ha hecho por ti. Esa palabrita no se coló por coincidencia, fue inspirada por el Espíritu Santo con el propósito de declarar nuestra identidad como seguidores de Jesús. 

Por lo general cuando pensamos en santos, nos imaginamos las tradiciones católicas de santificar a personas que lograron cosas extraordinarias en su vida, tienen milagros comprobados a su nombre, fueron sacrificados o participaron en obras humanitarias increíbles, pero Pablo no se refería a eso para nada... Cuando el llamó a los ciudadanos de Éfeso santos, se refería a gente complicada, con problemas comunes y corrientes, se refería a gente como tu y yo. Según Pablo, para ser santo solamente requieres de UN PASO, estar EN CRISTO. Te preguntarás: Y qué no un santo es perfecto? 

Antes de CRISTO éramos pecado, después de CRISTO, pecamos, pero ya no SOMOS pecado, ya no nos domina e identifica el pecado.  Aunque en ocasiones pudiéramos luchar contra el pecado, nuestra verdadera identidad está ligada a la justicia de Jesús. Algunos pecados pudieran ser parte de tu conducta, pero no es tu identidad. Tu identidad está en Jesús, y por la gracias de Dios a través del poder del Espíritu Santo, tu puedes cambiar tu conducta. Cómo le hacemos para no convertir las conductas pecaminosas en nuestra identidad. Primero, aprende a no declararlo - SOY mentiroso, SOY orgulloso, soy.. esto no es verdad, la verdad que debes declarar es SOY SANTO. Mentí, me porte grosero, etc... PERO ESO NO ES QUIEN SOY. 


Entonces, cómo enfrento mi pecado?


UN SANTO SIENTE REMORDIMIENTO



El remordimiento puede ser bueno, nos lleva a aceptar nuestra conducta, a confesarla, aceptar el perdón de Dios y a entregarla a Jesús y a depender de su poder para cambiarla. El remordimiento siempre nos debe llevar a una convicción y no a una condenación. 

Cómo puedes diferenciar la convicción de la condenación?

La condenación siempre viene de Satanás, te lleva a la desesperación, termina en profunda tristeza, nos hace pensar que no podemos cambiar, generaliza y exagera, nos recuerda nuestra pasada identidad, se apoya en los esfuerzos personales se convierte en una carga y por lo general te lleva a más pecado. 

La convicción es de Dios, te da vida, termina en gozo, nos habilita para cambiar, nos recuerda nuestra verdadera identidad, específica, encuentra su respuesta en Jesús, resulta en una bendición. 

La Palabra es clara en relación a la condenación, Romanos 8:1 dice: Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesúsporque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.


UN SANTO TIENE PODER 


La cosa es está... Todos sufrimos tentación, aun Jesús la sufrió. Pero ahora, EN CRISTO, tenemos el poder para decirle que NO a la tentación. Podemos buscar a Jesús, así como Jesús se apoyó en el Padre. El es nuestro sacerdote misericordioso, compasivo, perdonador y con toda confianza me puedo acercar sabiéndome increíblemente amada. 

Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que ha traspasado los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra confesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no puede compadecerse de nuestras debilidades, pues él fue tentado en todo igual que nosotros pero sin pecado. Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4:14-16 

Porque según Pablo, además de la paz, nos ha dado el poder de la gracia. Pecado y tentación no son la misma cosa. La tentación nos presenta la oportunidad de pecar o de adorar a Jesús. Cuando estés siendo tentada a pecar, acuérdate que eres santa, estar segura de tu identidad y creer en el poder y la gracia que vienen con ella, es la clave para tu victoria. Este es el ejemplo de Jesús - El Padre continuamente le recordaba su identidad y el miso se la recordaba. "Este es mi hijo amado..." El Padre y yo somos UNO..." Conocía a su Padre y se conocía a El mismo, esto le permitió mantenerse firme, inmovible y determinado a cumplir su llamado y propósito en la tierra. Y el mismo poder que actúa en el, actúa en ti. Nuestra identidad es la que determina nuestra conducta, fue verdad para Jesús y es verdad para nosotros también. 


UN SANTO ES HUMILDE

Somos humildes porque reconocemos lo que Jesús hizo en la cruz por nosotros 

1. Regeneración- Nos sacó de la muerte a una vida nueva EN EL - Nuevos deseos, pensamientos y esperanza de hacer lo que a El le agrada y no lo que agrada a la carne.

2. Justificación - La acción de llamar al pecador un SANTO EN EL. Esta es nuestra posición. Nuestro lugar. 

3. Santificación - El diario vivir en el que cada día me parezco más a Jesús al ir profundizando mi relación con el. 

4. Glorificación - EL día que Jesús y yo vivamos juntos en el cielo. Un estado eterno de perfección sin pecado. 

Todo esto es por la Gracia de Jesús y para su gloria. El orgullo es nuestro enemigo y la humildad es nuestra amiga. El orgullo nos hace compararnos a otros pecadores para medir el nuestro, nos lleva a desear los triunfos de otros, el orgullo se trata de mi, mis logros y mi gloria, me separa de Dios y me lleva a la arrogancia y a tratar d comprobar que todo lo puedo en mi mismo. La humildad me compara a mi perfecto salvador, me lleva a celebrar los éxitos de otros, se trata de Jesús y de los demás. La humildad crea dependencia al salvador y da gloria a quien la gloria merece; está llena de gozo, y nos da la confianza para hacer las cosas dependiendo dela fuerza y el poder del Espíritu Santo. La humildad nos lleva a aceptar la verdad sobre Dios y sobre nosotros mismos exactamente como viene descrita en Su Palabra.

La tendencia de la consejería moderna es enfocarnos en el auto estima. La humildad nos lleva a reconocer que somos pecadores redimidos, justificados y santificados que nos lleva a tener humildad y no creernos más de lo que sobos con un auto estima inflado, pero creer y saber que somos santos EN EL, nos protegerá de un auto estima desproporcionadamente bajo. Nadie podemos decir que somos humildes, pero si que estamos en el camino de la humildad por el PODER QUE ACTÚA EN NOSOTROS: JESÚS 

ERES SANTA - Repítelo, créelo, vívelo! 










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