martes, 3 de octubre de 2017

CUANDO TU MUNDO SE SACUDE

El pasado 19 de septiembre nuestro mundo se sacudió y como de costumbre el Espíritu Santo aprovechó para enseñarme algunas lecciones. Quiero compartir una con ustedes. 


Buscaba suspirando entre los restos de todas las cosas que se me rompieron durante el sismo y mi corazón anhelaba encontrar una taza que había guardado desde el día que León y yo nos casamos. Fue la única que sobró de nuestra primera vajilla, esa que escoges con tanto anhelo y muchos sueños. La había guardado ya por 31 años. No la encontré por ningún lado, quería aunque sea encontrar un pedacito para seguirlo guardando. Y mi corazón se rompió un poquito. 

Mientras daba la última limpiada a la casa para ya entregar las llaves de la que había sido nuestro hogar por dos años, comencé a recoger basura por aquí y por allá. De repente, en una esquina arrumbada vi mi taza, de momento no lo podía creer, estaba enterita, y después recordé como me ama mi Padre celestial. 



Por alguna razón me remonté al día en que mi hijo León Abel partió al cielo. Esa tarde me dieron un sedante y me quedé bien dormida. Cuando abrí los ojos no se cuanto tiempo después, mi papi había hecho una limpia completa de las cosas del bebé. Ni parecía que hacia apenas unas horas había un bebé en casa. De momento me dolió ver todo guardado, pero estaba tan agotada que no puede discutir. 


Unas semanas después, mientras limpiaba un closet, me encontré una caja que tenía un recado escrito con la letra de mi papi en la tapa: "Hijita, te guardé estas cositas porque sabía que un día las ibas a necesitar." Abrí la caja con cuidado y dentro había acomodado con mucho esmero una chambrita, unos zapatitos y una cobijita. Él sabía que iba a necesitar esas cosas para acercarme a mi bebé. En
realidad eran simplemente cosas, pero para mi significaron un increíble regalo por parte de mi papi, que me permitió llorar, pero también sentirme amada. cuidada y acobijada. 

Cuando entre los restos encontré mi taza enterita, fue como abrir esa caja hace ya 30 años. Fue como Jesús diciéndome, siempre guardo algo para ti en medio de la tormenta para recordarte lo mucho que te amo. Una cosita que te dice "Aquí Estoy, no me he olvidado de ti."

Amiga, que hermoso es caminar sabiendo que Jesús está en control del más mínimo detalle de nuestras vidas, que conoce con profundidad los deseos de nuestro corazón y que en su gran misericordia nos regala recordatorios de su gran amor. 

Atesoro mi taza, pero atesoro más el saber cuan amada soy. 


Ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar deamor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:39

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por visitar mi blog y compartir tus comentarios conmigo.